viernes, 19 de febrero de 2010

Tutankamón. Nuevos e increíbles hallazgos.

El director del Consejo Superior Egipcio de Antigüedades, Zahi Hawass, ha presentado esta semana las conclusiones al último estudio (de dos anños) realizado de la momia del faraón Tutankamón. Las principales deducciones son que era un hombre débil, achacoso, enfermo y, además, hijo de una unión incestuosa: sus padres eran hermanos
Tutankamón murió a los 19 años y su tumba fue descubierta por Howard Carter en 1922. Su gran  importancia radicaba en que era la primera tumba descubierta intacta, sin haber sido saqueada.
Los investigadores, con la ayuda de tests genéticos, descubrieron que el padre de Tutankamón fue el rey Akenatón. También encontraron a su madre. Se trataba de una mujer que llaman "Younger Lady", una momia con la denominación KV35YL. Sin embargo, aún no saben quién era. De todas formas, los investigadores están seguros de que no fue la esposa de Akenatón, la reina Nefertiti, famosa por su extraordinaria belleza. La que sigue siendo mencionada como posible madre de Tutankamón es la segunda mujer de Akenatón, Kiya.
Sin embargo, contemplan una segunda explicación para la gran similitud genética entre el padre de Tutankamón y su madre. Akenatón puede haber engendrado a Tutankamón con su hija. Pudo casarse con ella "porque era un Dios", explicó Hawass. "También Tutankamón se casó con su hermana o media hermana Anjesenamón. Este tipo de uniones dentro de la familia real no eran inusuales".
Mediante las huellas dactilares los investigadores pudieron establecer un árbol genealógico de cinco generaciones de la familia de Tutankamón.
Tutankamón llegó al trono con apenas ocho años y murió según algunos investigadores en el 1324 antes de Cristo, a los 19 años. Tuvo dos hijos que nacieron muertos. Los dos fetos fueron encontrados asimismo en su tumba.
La causa de su muerte fue al parecer una enfermedad ósea relacionada con la malaria. De esta forma podría quedar definitivamente desechada la presunción de que  había sido asesinado. Los investigadores le diagnosticaron al faraón varias enfermedades, entre ellas labio leporino y deformaciones en los pies.
La endogamia durante generaciones llevó aparentemente a una mala irrigación de los huesos y con ello a su desintegración. "Esa enfermedad por sí sola seguramente no llevó a su muerte, pero le redujo fuertemente la movilidad. Esto también aclara por qué se encontraron tantos bastones en su tumba". Sin ellos, el faraón no podía caminar. Las investigaciones no han termninado y arrojarán nuevos descubrimientos en un futuro próximo.

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